Había perdido toda mi libertad y, con ella, todo cuanto me importaba; alejada a la fuerza de mis hijos, de mi madre, de mi vida y de mis sueños; con el cuello encadenado a un árbol… en condiciones de la más infame humillación, conservaba, no obstante, la más preciosa de las libertades, que nadie podría arrebatarme jamás: la de decidir quién quería ser. En 2002, Ingrid Betancourt, candidata presidencial de Colombia, fue secuestrada por la guerrilla de las FARC, cuando se dirigía a San Vicente...